El día 18 de Julio del año 1950 en la localidad rural de Tumuntuco distante 25 km. al sur oriente de la ciudad de Temuco, llega al mundo el rosadito niño HERNAN CAYUMAN HUIRCAN por las manos de una mujer mapuche llamada “Machi”.
Sus padres Hernán y Eugenia y es el último de cuatro hermanos Florencia (Q.E.P.D.), Isabel y Carmen (Q.E.P.D.).
Sus estudios los inicia en el Primer año Básico de la localidad de Traitraico, del sector Huichawe. Posteriormente se traslada a Padre Las Casas donde sigue de 2° a 5° Básico y, por una necesidad Laboral de su Padre se moviliza, para cursar el 6°, a la localidad de Quepe.
En el año 1963 cuando merece cursar el 1er año de Humanidades viaja a la comuna de Victoria para ingresar a la ENREV ( Escuela Normal experimental rural de Victoria). Allí, en el año 1965, conoce a quien hoy es su señora esposa Silvia Ruth. De esta unión matrimonial, efectuada el año 1973 en la ciudad de Traiguén, nacen tres hijos: Bernardo Rodrigo, Tatiana Gisselle y Hernán Alexis, hoy ya mayores y todos profesionales.
Vida Artística.
Incursiona en el ámbito artístico el año 1963 provocado poderosamente por lo vivido en la escuela Normal de Victoria donde se preparaba para la docencia educacional. Aquí vio, por primera vez, lo que era el quehacer musical…aquí escucho cantar, tocar instrumentos como la guitarra, el acordeón, el piano, el violín, entre otros. Por esta inmensa novedad se motiva a aprender lo que sea, así aprendió a tocar la guitarra, el violín, el acordeón, rescatando que también interpreta todos los instrumentos de la etnia mapuche.
Su Vida actual.
Hoy este connotado profesor, productivo autor musical y auténtico interprete artístico originario, gracias al esfuerzo médico de Victoria, Temuco y a su familia, está controlando efectivamente la hipertensión arterial, Diabetes, Gota hasta un accidente vascular que le afectara los días pasados y una insuficiencia renal que lo tuvo a muy mal traer y con descanso obligado.
Mientras se desplazaba por la tranquilidad de su hogar nos dice: “ Me siento más recuperado y feliz, he recibido el cariño y el apoyo de toda mi familia y también de muchas otras personas de manera anónima. A mi casa han llegado personas que jamás pensé llegarían. Amigos campesinos, colegas, gente de comunidad mapuche, padres y apoderados. He sabido de muchas cadenas de oración las cuales desde este medio, agradezco.”